Comencemos con la toma de conciencia sobre cómo maneja el dinero.
Los gastos sin sentido son fáciles de entender. Significan recibir paquetes en su puerta que no recuerda haber pedido y volver a casa con bolsas de compras llenas de cosas que no necesita o que ya tiene.
La atención plena financiera es todo lo contrario. Significa ser consciente de sus finanzas y tomar decisiones con los ojos abiertos. No significa falsa positividad ni negatividad ni juicio. Se trata de tomar una decisión consciente entre gastar, ahorrar o posponer la decisión. (Está 100 % bien agregar un artículo a su carrito y luego retirarse por unos días, o para siempre).
Estos son 6 pasos para comenzar con la atención plena financiera:
1. ¿Cuáles son sus valores financieros?
- Enumere sus tres principales valores monetarios. En otras palabras, ¿qué quiere de ellos: seguridad, experiencias, educación, retribución, una vida mejor para sus hijos o algo más?
- Escriba una o dos oraciones sobre cada valor y cómo sus objetivos se alinean con él.
2. Practique la gratitud financiera. (Sí, incluso si está endeudado).
- Nombre tres cosas sobre su situación financiera actual por las que esté agradecido.
- Luego, describa cómo repercuten en su vida de manera positiva.
3. Gaste conscientemente.
- Antes de comprar algo, anote el artículo, su costo y por qué lo está comprando.
- Luego, reflexione sobre si la compra se alinea con sus valores y objetivos.
4. Ahorre conscientemente.
- ¿Para qué está ahorrando? Escriba sus objetivos y la cantidad que necesita ahorrar para cada uno.
- Divida cada objetivo en hitos más pequeños para celebrar su progreso.
5. Gestione la deuda conscientemente.
- Enumere cada deuda (préstamos para automóviles, educación, tarjetas de crédito, etc.) junto con el saldo pendiente y la tasa de interés.
- Establezca un plan de reembolso realista y fechas de pago total del saldo objetivo para cada uno.
6. Programe controles financieros periódicos.
- Establezca un día y hora semanal, mensual o trimestral para un control financiero.
- Revise los estados de cuenta de sus cuentas bancarias, tarjetas de crédito y préstamos. ¿Muestran algún progreso hacia sus objetivos? ¿Sus hábitos de gasto y ahorro coinciden con sus valores financieros?
Si las cosas no salen a la perfección, no se juzgue con dureza. Ahora mismo está creando conciencia, uno de los pasos más importantes hacia el bienestar financiero.